Salimos a primeras horas de la mañana de Percy con dirección a Etretat ciudad de la que nos separaba 190 kilómetros por la A29 y después desviarnos por la D125 hasta la D940 hasta llegar a nuestro destino.

No habían pasado 138 kilómetros cuando llegamos a Honfleur y nos encontramos con un peaje, hasta este punto la A29 y en el último tramo la circulación era gratuita.

Muy pronto nos dimos cuenta que se trataba de un peaje por pasar un puente, del cual no teníamos ni idea. Se trataba del Puente de Normandía levantado para salvar la desembocadura del rio Sena.

El mencionado puente con una longitud de 2.143 metros une la mencionada ciudad de Honfleur con la ciudad de Le Havre. El tablero central tiene 856 metros entre los dos pilares del mismo, siendo el que sirve para salvar el estuario del río Sena.

La construcción del mismo se inició en 1988 y concluyó con su inauguración oficial el 20 de enero de 1995. Su longitud sirvió aquel entonces para batir el récord superando al de Shanghái en más de 250 metros. Sin embargo lo perdió en 1999 cuando el puente de Tatara en Japón lo superó en 34 metros. Respecto al récord de longitud de un puente atirantado, lo perdió en el 2004 cuando se construyó el Puente Rio-Antirio en Grecia.

Sus pilares en forma de Y invertida miden 214,77 metros y los tirantes están formados por filamentos de acero protegidos por una capa de cera y envoltura de polietileno con una longitud que varía entre los 95 y los 450 metros. Tiene dos carriles por sentido para automóviles, uno para bicicletas y otro para peatones. El paso es gratuito para motocicletas, bicicletas y peatones. El peaje en el año 2022 es de 5,50€ para vehículos de hasta 3,5 toneladas.

Pasado el vado central hay un parking donde dejar el coche y una pasarela para cruzar de una lado a otro de la autopista y obtener algunas fotografías, teniendo en cuenta que dependiendo de la época del año y la hora el paisaje puede presentar diferente colorido.

Después de unos cincuenta kilómetros por fin llegamos a Étretat, pequeña localidad situada en la Alta Normandía concretamente en el Pays de Caux dentro del Departamento del Sena Marítimo, y en plena Costa de Albâtre.

Esta pequeña ciudad se hizo célebre gracias a sus baños en el siglo XIX, al periodista y novelista Alfonso Karr y sobe todo a algunos pintores que inmortalizaron sus acantilados como Monet, Boudin y Jongkind.

LLegamos casi a la hora de comer francesa, es decir hacia las 13 horas, y siendo conscientes de que si te descuidas un poco no comes, nos procuramos un sitio para hacerlo a `pocos metros del mercado viejo construido en madera en 1827, cuyo interior se encuentra repleto de tiendas que ofrecen diversos recuerdos.

Terminada esta visita por supuesto nos encaminamos a la cercana playa de cantos rodados para observar de cerca sus famosos acantilados y sus formas caprichosas erosionadas por el agua y el viento como el Arco de Aval y la Aguja de Ëtretat a nuestra izquierda y a la derecha el denominado arco Falaise Amont y sobre el mismo la Chapelle Notre Dame de la Garde a la cual se accede desde un sendero con cierta inclinación que parte desde la playa.

Unos cuantos paseos por la playa y de nuevo partimos a nuestro destino en Percy.