Al fin íbamos a visitar la localidad que motivó en gran parte este viaje ROCAMADOUR.

Hacía bastante tiempo que veníamos escuchando y leyendo maravillas de esta localidad, cuando ahora la teníamos a tiro de 41 kilómetros. Partimos a una hora bastante temprana de la mañana en previsión del estado y características de la carretera que ibamos a afrontar, que aunque bien asfaltada era bastante dificultosa por la estrechez y cantidad de curvas que tenía, lo que nos llevo casi una hora en llegar.

Lo primero que vimos fue una pequeñísima localidad llamada L'Hospitalet distante del centro de Rocamadour unos centenares de metros y uno de los puntos, por no decir el ideal, para sacar una fotografía panorámica. Por desgracia en aquel año aun no estaba construido el mirador, por lo que nos tuvimos que colar en la terraza de uno de los restaurantes existentes para hacer las fotografías.

Bajando desde L'Hospitalet, nos acordamos que alguien nos había comentado que intentar aparcar el coche lo más próximo al centro era misión imposible y que optásemos por dejarlo en un Parking público gratuito cuya entrada se encontraba en un camino a nuestra izquierda, digo camino porque estaba sin asfaltar, que nos llevaría a una especie de prado que lo tenían habilitado para parking en el cual todavía estaban las huellas de las lluvias torrenciales caídas hacia algunos días.

A pocos metros del parking nos encontramos con un dilema, subir andando hasta la ciudad o coger un pequeño tren que te lleva hasta el mismo centro. El precio era de 3,5€ para adultos y 2€ para niños ida y vuelta, particularmente nosotros salimos de la duda rápidamente, cogimos el tren.

A la llegada al centro nos encontramos que una gran cantidad de personas paseaban de arriba abajo por la única calle que tiene esta localidad, por cierto dedicada completamente a tiendas, pubs y restaurantes con precios acordes a lo famoso del lugar, es decir bastante caros. aunque por suerte con algunas cosas diferentes para ver que no fuese lo mencionado:

Edificio del Ayuntamiento. Construcción del siglo XVI bastante reformada que contiene dos tapices de Jean Luiçat de 1960.

Porte Figuier. Construcción del siglo XV también conocida como Puerta de la Higuera. Se encuentra a principio de la Rue Roland le Preux.

Porte Salmon. Se trata de una construcción de los siglos XIV-XV. También conocida como Porte Malbec. Se encuentra al principio de la Rue de la Couronnerie.

Porte dite du Haut de Coustalou, también conocida como Fond de la Ville esta datada en el siglo XIV. Se encuentra al final de la Rue de la Couronnerie y a las afuera de a localidad.

Una vez recorrida la única calle que por cierto esta compuesta por distintos tramos con diferentes nombres, nos asaltó otra duda a la hora de subir al Santuario, ascensor o escaleras con 216 peldaños, por supuesto para nosotros la elección fue bastante sencilla, subir por el ascensor situado muy cerca de la Porte Salmon con el billete de 2€ solo de subida y luego bajar por las escaleras.

Después de salir del ascensor nos encaminamos hacia nuestra izquierda para penetrar en la zona del santuario por la Porte Saint-Martial del siglo XIII para que una vez pasado esta nos encontraremos con un pequeño tunel con paredes cubierta de placas de mármol como muestras de agradecimientos de muchos peregrinos, que pasa por debajo de la basílica y nos deja en un patio rodeado de siete capillas, la mencionada basílica y el palacio abacial.

Iglesia o Basílica de San Salvador. Construida entre los siglos XII y XIII en estilo románico aunque en el periodo de transición de este último al gótico. De su interior cabe destacar el Cristo de madera policromado del siglo XVI y un Entrepiso de madera que servía para acomodar a gran parte de peregrinos que acudían y las bóvedas de las dos partes en que se encuentra dividida la única nave.

Sin salir al exterior, adyacente a la Basílica, nos encontramos con la Capilla de Notre-Dame de Rocamadour punto principal del peregrinaje a este santuario. Derrumbada en el siglo XV, fue reconstruida en estilo gótico flamígero en el siglo XVII. En su interior se puede ver una Virgen negra de madera del siglo XII sentada con el Niño Jesús en sus rodilla y ambos coronados.

Cripta de Saint-Amadour. Cripta de estilo románico de una sola nave donde se encuentran las reliquias de Saint Amadour encontradas en 1166. Visita no apta para personas con discapacidad para caminar por la existencia de escaleras.

Capilla de San Juan Bautista. Aunque transformada en baptisterio en el siglo XIX, su construcción data el siglo XV a tenor del arco gótico de entrada e igualmente pudo estar dedicada a capilla de enterramientos ya que en la misma se encuentra el sepulcro de Jean de Vallon, Caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén. Rodeando la Estatua de San Juan Bautista algunos retratos de otros peregrinos célebres de Rocamadour.

Capilla de St. Michel. La capilla más alta de todo el Santuario que sirvió para hacer los servicios a los monjes. De estilo románico, conserva en sus muros exteriores unos frescos del siglo XII representando la historia de la Virgen, la Anunciación y la Visitación.

Tumba de Saint AmadourEn medio de las capillas de Notre-Damme y Saint Michel, nos encontramos con el lugar donde según reza la lápida de mármol se descubrió en 1166 el cuerpo incorrupto del Santo. El cuerpo fue expuesto a los fieles peregrinos hasta que en 1562 durante las guerras de religión los protestantes a su paso por esta localidad ademas de destruir gran parte de la misma, descuartizaron y quemaron el cuerpo del santo quedando únicamente algunos fragmentos que son los que se conservan en la actualidad en la cripta.

Palacio de los Obispos de Tulle o Palacio Abacial, alberga en la actualidad el Museo Sacro Francis Poulenc que enseña la historia de la peregrinación a Rocamadour desde la Edad Media a nuestros días. Construido en el siglo XIV en estilo militar con una torre de 39 metros de altura. Desde sus galerías se obtienen magníficas vistas del entorno.

Con esto último concluimos nuestra visita al Santuario siendo consciente de que nos habían quedado por ver dos o tres capillas, sin embargo con lo recorrido efectuado creíamos que teníamos bastante. Nos dirigimos a la puerta de acceso a las escalinatas para tratar de comer algo y después dirigirnos a visitar el castillo en la zona superior.

Después de mal comer en uno de los restaurantes existentes a un precio bastante elevado, fuimos al parking en el trenecillo con objeto de coger el coche y dirigirnos al Castillo en la zona superior del acantilado. Podiamos haber subido desde el santuario por el Chemin de la Croix o Camino de la cruz y también por medio de dos elevadores que igualmente parten cerca del santuario, pero como teníamos que comer preferimos bajar como he mencionado antes por las escalinatas.

Una vez arriba y dejado el coche en uno de los aparcamiento gratuitos que hay, nos encaminamos hacia la puerta del castillo al objeto de visitarlo. Lo primero que nos encontramos fue un numeroso grupo de personas protestando y además bastante cabreadas. La explicación que nos dio una persona en español, fue que aparte de que el castillo del siglo XIX era privado y que solo se podía subir y pasear por las murallas, para hacerlo tenias que atravesar una puerta en forma de torno y meter una moneda de 2€ por persona, con la mala fortuna que se había estropeado y no se podía acceder. A pesar de que en un cartel existente había un teléfono para posibles problemas, varias personas lo intentaron pero sin respuesta alguna. El único trastorno que nos causó, aparte de la pérdida de tiempo fue no poder hacer unas fotografías desde allí que por lo que luego pude ver resultaban espléndidas.

Media vuelta para el coche y pusimos el GPS dirección a Figeac.