Todas la fuentes apuntan que el origen de Ribatejada es musulmán, siendo estos los primeros moradores de este paraje, permaneciendo aquí hasta el siglo XI en el que Alfonso VI tras lograr cruzar la franja defensiva levantada por los musulmanes en el Valle del Henares, tomo la ciudad de Toledo.

Los musulmanes que custodiaban esta franja se organizaron en unas comunidades religiosas que se conocían con el nombre de «Ribat», cumpliendo todos sus componentes el precepto religioso de hacer la guerra santa (Chijad), de ahí que a estos puestos defensivos se es conociera como «Ribat Chijad, de cuyo nombre pudiera provenir el de Ribatejada.

En 1332 Ribatejada pasó a formar parte como otros tantos pueblos del Arzobispado de Toledo, formando parte de la villa de Alcolea de Torote. Posteriormente en 1578 mediante real decreto Felipe II concedió a Ribatejada el título de Villa, dejando de pertenecer al Arzobispado pasando a depender de la Corona, la cual casi inmediatamente se la vendió a María de Butrón y Rojas, pasando en 1579 por muerte de esta a Francisco de Ávalos. En 1593 tras desligarse del señorío se convirtió definitivamente en Villa de realengo, declarándose el derecho de tanteo a sus habitantes, los cuales compraron su jurisdicción, lo cual conllevaba el derecho de nombrar escribano de ayuntamiento y residenciarse unos alcaldes a otros.

Durante el siglo XVII el pueblo sufrió diferentes hambrunas y sequías que se sucedieron durante todo este siglo, con lo que la principal actividad económica que era la agricultura se vio fuertemente mermada provocando grandes problemas de abastecimiento y la hambruna citada. La situación empeoró al iniciarse el siglo XVIII con la Guerra de Sucesión en la cual la villa se vio seriamente afectada, con su población diezmada. En 1833 con la nueva configuración provincial, Ribatejada pasó a formar parte de la provincia de Madrid.

A partir de 1930 al población fue sufriendo una recesión por la migración de muchos de sus habitantes hacia la capital y sobre todo por las consecuencias de la Guerra Civil que aquí tuvo mucha repercusión con numerosas pérdidas de su patrimonio. No fue hasta el año 2004 cuando la población empezó de nuevo a crecer, sobre todo por la construcción de algunas urbanizaciones que constituyen una segunda vivienda a antiguos vecinos y a otros de la capital.

VISITAS DE INTERÉS

Iglesia de San Pedro Apóstol. De estilo gótico-mudéjar fue comenzada a construir en el siglo XV y terminada en siglo XVI coincidiendo con la concesión a Ribatejada del título de Villa. Se encuentra levantada en mampostería, ladrillo y tapial. En el siglo XVII se realizaron diversas intervenciones, como la cubierta con una cúpula de mútilos de la Capilla del Cristo, una nueva pila bautismal, un púlpito y otros elementos.

Su interior esta compuesto de tres naves de tres tramos separadas por arcos apuntados los cuales descansan en pilares cuadrangulares lisos. La nave central se encuentra cubierta con un artesonado mudéjar de alfarje de par y nudillo, las dos auxiliares se encuentran cubiertas por una estructura de pares y entablado, y la capilla mayor con armadura de artesa ochavada con dobles tirantes. Así mismo decir que durante la Guerra Civil se quemó el retablo mayor.

Del exterior destaca la torre-campanario de estilo mudéjar y planta cuadrada, con cuatro cuerpos separadas por sendas impostas de granito con bolas al estilo gótico isabelino. En el último cuerpo se abren ocho vanos de medio punto donde se ubican las campanas.

Durante las últimas reformas, lo primero que se hizo fue la eliminación del frontón que se encontraba en la cabecera del templo. Así mismo en una segunda fase se recuperaron dos restos de pinturas murales de retablos fingidos, uno de ellos del siglo XVI con la imagen de Santa Bárbara. En los muros laterales se han restaurado varias pinturas sobre lienzo de los siglo XVII al XIX.

A pocos metros de la Iglesia de San Pedro Apóstol se encuentra la Plaza del Palacio. Una pequeña plaza que alberga un antiguo palacio que fue propiedad de los Condes de Desallen que es conocida en el pueblo como la Casa Grande que hace años se ha convertido en viviendas particulares.

En al misma plaza se encuentra una fuente de piedra con una pequeña lápida con la inscripción:

La instalación de esta fuente típica con el fin de afianzar los lazos de unión entre los municipios integrantes del Grupo de Acción Local Sierra del Jarama, pretendiendo se un hito para el viajero en su recorrido por los municipios, presentándose como un símbolo de la comarca:

EL AGUA HA SIDO, ES Y SERÁ EL ORIGEN Y SUSTENTO DE LA VIDA

Desde la plaza citada nos desplazamos por la Calle Mayor Alta hasta desviarnos por la Calle Fuente y una vez cruzada la M-113 continuar hasta llegar al final de la misma, donde se encuentra la llamada Fuente Vieja.

Esta fuente servía ante de la llegada del agua corriente a las casas, de suministro del liquido elemento para los vecinos del pueblo, los cuales hasta aquí se desplazaban con cántaros y otros recipientes, sirviendo de igual manera como punto de reunión de charlas acerca de lo acontecido en el pueblo.

Según se expone en un cartel explicativo existente en el lugar, nos encontramos en un lugar cargado de historia, referente en las tradiciones de Ribatejada. Aunque es difícil de datar, se presume una antigüedad de al menos 400 años, como atestiguan varias referencias históricas. así en las Relaciones Topográficas de Felipe II, se recoge un párrafo correspondiente al 18 de Agosto de 1580 que dice así: "la gente de esta villa bebe de un poco de muy buena cava ...".

En el año 1848 volvemos a encontrar otra referencia a Ribatejada de la que se dice "... Tiene 60 casas, la de ayuntamiento, cárcel, escuela de primeras letras común a ambos sexos, una Iglesia Parroquial San Pedro Apóstol y una fuente de buenas aguas ...".

Restaurada hace pocos años a pocos metros se encuentra un área de recreo con bancos, mesas y juegos donde se celebra la romería de San Antonio.