Apenas a 20 kilómetros De Budapest por la N-11 y a Orillas del Danubio se encuentra una de las ciudades más turísticas de Hungría después de Budapest, su nombre Szentendre.
Según la historia en el año 1690 más de ochocientas familias serbias llegaron a este lugar huyendo de la invasión turca, con lo que se convirtió en el centro cultural y religioso serbio más importante dentro del territorio húngaro. Ya en siglo XX varios pintores, escultores y diversos artistas se refugiaron es esta ciudad en busca del retiro.

El epicentro de esta pequeña ciudad se encuentra en Fö Tér donde podemos ver la Columna de la Peste, construcción barroca, llamada también Cruz de Kalmar, levantada por la Sociedad Mercantil Serbia en 1763, como agradecimiento por haber librado a la ciudad de una epidemia de peste. El conjunto esta culminado por una cruz rococó tardío, rodeada por filigranas de hierro forjado.

A escasos metros de este punto nos encontramos con una preciosa y pequeña Iglesia Ortodoxa construida en 1752 en estilo barroco-rococó por los refugiados serbios que huyeron de la invasión del ejército otomano. En el interior destaca el Iconostasio que ocupa de alto toda la pared, obra de Mihály Zsivkovics en 1790. Del exterior sobresale la torre que mide 25 metros de altura.
Después de comer en uno de los muchos restaurantes existentes y dar una vuelta por las pequeñas calles del centro visitando alguna que otra Tienda que otra, decidimos dar por terminada la visita y dirigirnos al siguiente destino.
Dejando atrás nuestra visita a Szentendre nos dirigimos a unos 20 kilómetros al objeto de ver los famosos Meandros del Danubio.

Visegrád
De la ciudad que fuera en el siglo XV sede de una de las cortes más brillantes de Europa, sólo quedan los restos de la
Fortaleza situada a 350 metros de altura sobre el Danubio y que constituyó la caja fuerte donde se encontraban las joyas de la corona húngara hasta el siglo XVI. La subida hasta este lugar se puede hacer a pie (no os lo aconsejo) o en coche que se deja en un parking situado a la entrada de la fortaleza, medio derruida a causa de los ataques turcos del siglo XVI y medio reconstruida en la actualidad. En su interior se puede ver una especie de
Museo que te transporta a las costumbres de entonces. Es curioso ver la representación con maniquís de las
Escenas de Tormentos que entonces se efectuaban.
Desde lo alto las vistas de los Meandros del Danubio son espectaculares, lástima que no era la hora idónea para sacar buenas fotografías.
Aunque no era muy tarde y todavía quedaban algunas horas de sol, luego de terminar con esta visita decidimos volver al Resort para preparar el equipaje ya que a la mañana siguiente nos esperaban 1.115 kilómetros hasta nuestro próximo destino en ASSISI o ASIS en Italia.